jueves, 15 de octubre de 2009

Ralph Lauren vs. David

Photoshop es nuestro mejor amigo, pero es fácil abusar de él. La gente del blog Photoshop Disasters son algo así como los cazafantasmas del Photoshop. Anatomía barroca, multiplicación/ausencia de miembros, reflejos espectrales... ellos patrullan la web para denunciar atropellos.
Normalmente, la consecuencia es que los freakies como nosotros sacuden la cabeza con sorna ante los excesos de otros gráficos y pasan a otro blog. Pero esta vez se ha liado.

Hace unas semanas, en Photoshop Disasters y en BoingBoing publicaron una fotografía de un anuncio de Ralph Lauren en el que habían conseguido hábilmente hacer la pelvis más estrecha que la cabeza:


Puro talento. Esto es lo que pasó:

Round 1: Ralph Lauren no sabe encajar la crítica y envía un DMCA (que es algo así como una denuncia por infringir las leyes de copyright) a ambas páginas.

Round 2: Photoshop Disasters y BoingBoing deciden que el uso de la foto es completamente legal. El servidor de Ph.D elimina la entrada automáticamente, pero en B.B deciden que, en vez de aplicar la autocensura, van a reírse de Ralph Lauren. Un gran número de medios online publican el anuncio y sus consecuencias.

Round 3: Ralph Lauren admite haber alterado la imagen en exceso y pide disculpas - aunque no  las pide a los blogs, que siguen con su venganza. La modelo Filippa Hamilton declara que en Ralph Lauren le despidieron por gorda, y está recibiendo tanta publicidad que seguramente volveremos a verla como bandera de alguna marca rival.

Resultado: Ralph Lauren K.O. La mitad de las entradas en google al buscar "Ralph Lauren" aluden al fraude y a los intentos de silenciar a los blogs.

Es malo para la imagen de una marca que te descubran engañando a tu público. Es peor que el engaño consista en proyectar una mujer ridículamente delgada como icono de tu  marca. Pero lo último que necesitas en ese caso, es aparecer como un Goliat que intenta aplastar las críticas a golpe de demanda, sobre todo en un momento en el que, a través de los blogs y las redes sociales, el cliente está adquiriendo un poder que nunca antes había tenido.

La historia siempre se repite, y ya sabemos que el que gana es David.

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